domingo, 22 de abril de 2012

EL CAMINO


El 23 de Abril es el día libro del libro. Se marcó porque coincide con el aniversario de la muerte de unos cuantos genios del asunto de las letras: Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso; pero no me resisto a decir que eso no es del todo cierto, puede que yerre, pero en Inglaterra cuando don Guillermo dejó para siempre Albión (no uso el adjetivo de pérfida porque espero que allí, algún día, lean también este blog), usaban el calendario Juliano y por España el Gregoriano, por el asunto de la religión. Ahí lo dejo.

Yo no voy a hablar de la efeméride en sí, sino de un libro que me ha marcado. Todos tenemos libros especiales por un motivo u otro, a veces incluso ni sabemos el porqué. “El camino” de Miguel Delibes es ese libro para mi. Dirán que es algo árido y lejano en el tiempo para los chavales de ahora; puede. La huella que dejó en mí el Mochuelo y su historia, viene dada por el paralelismo entre lo que cuenta la novela con mi vida. A los diez años me marché de un pequeño pueblecito, como nuestro protagonista, “para progresar”; por lo que es fácil comprender mi elección.

La última noche, antes de salir de lo que hasta ese momento fue o era su vida, nuestro protagonista vuelve la vista atrás y nos cuenta desde sus ojos de niño, lo que deja. Sus amigos, sus vecinos, la forma de vida que llevaba, las costumbres, los olores. Unos dirán que no deja de ser una novela de un castellano sobre Castilla, otros que una novela costumbrista, pero los que habéis dejado vuestro hogar de niños sabréis entenderme cuando digo, que para mí, es una novela iniciática, imprescindible para los niños. No hace falta que se marchen a un internado para que les animéis a leerla; todos tenemos que elegir en la vida o nos obligan a ello, lo cual supone renuncia, una lección que hay que aprender antes o después. Mejor antes.

Lo leí con diez años. Decidid cuando tienen que leerlo vuestros hijos, pero no lo obviéis.

Recomendación: El Camino. Miguel Delibes. Ed. Destino.