jueves, 1 de mayo de 2014

LA ESPADA Y LA ROSA. ANTONIO MARTÍNEZ MERCHÉN.

Una sombra enferma, humana, llega una noche invernal a un viejo monasterio medio derruido, habitado por el hermano Martín y el joven Moisés, como arrastrada por el viento gélido. En el calor del hogar, cuenta su maravillosa historia: es un guerrero, un cruzado que abandonó su tierra en pos de la llamada del Papa para liberar los Santos Lugares. Allí, vive fantásticas aventuras, inolvidables hazañas, conoce a personas tan maravillosas que la realidad linda con el sueño. Años después, casi anciano, vuelve a Europa, como peregrino, buscando al apóstol Santiago en Compostela. Invita a vivir ese peregrinaje a Moisés, el joven huérfano que vive entre las ruinas del monasterio. Un joven que fue salvado de las aguas por el hermano Martín. Y joven y anciano, se encaminan hacia Compostela, en el tránsito vivirán una nueva aventura, quizá, la más fabulosa de sus distantes vidas.